Tras explicar qué es la miticultura y su evolución histórica, presentamos, para los más curiosos… ¿Cómo funcionan las bateas?
Las bateas han evolucionado mucho desde aquellos primeros modelos que os contamos con anterioridad. Se han incorporado nuevos materiales, nuevas estructuras y nuevos métodos a lo largo de todo el proceso de cultivo.
¿Cómo funcionan las bateas?
Como bien nos explica GCiencia, este proceso de cultivo es un ciclo que se repite todos los años. Los propios mejillones machos y hembras, desde las bateas, echan sus gametos al mar, donde se fecundan.
Las corrientes llevan la estos embriones hasta las rocas, en las que se fijan las crías a donde acuden los mejilloneros para seleccionar y recoger las mejores semillas.
Una vez recogidas, se enredan las cuerdas que quedarán posteriormente colgadas de la batea. Gracias a la riqueza de nutrientes de las aguas de las rías, los mejillones filtran el alimento y van creciendo a lo largo de los meses.
Además, a través del biso, conocido como “barba” del mejillón, el molusco se pega a la cuerda, garantizando su supervivencia.
Una vez consiguen un tamaño considerable, es preciso desdoblar las cuerdas, debido al peso. Posteriormente, se echan de nuevo al agua. Pasado un año después de la semilla, el mejillón consigue la talla comercial, por lo que ya puede ser retirado del mar y comercializado, después de pasar exigentes controles sanitarios y de calidad.
Galicia es la mayor productora de mejillón en Europa, y la segunda mundial, solo por detrás de China. Debido a la importancia del sector, los organismos encargados del control sanitario de los moluscos son un referente en el mundo.
Fotografía de portada: Juanjo Blanco