Efectivamente, tómalo al pie de la palabra. Al vivir en aguas muy frías y superficiales la coloración de su piel adquiere un tono azulado.
Para que los identifiques de un modo más sencillo, fíjate en su cola, los azules la tienen en forma de flecha.
Los pescados azules tienen entre 8 % y un 12% de materia grasa intramuscular (debajo de la piel), una cantidad bastante elevada en comparación con el pescado blanco, por ejemplo.
¿Explicación de tal porcentaje?
Los peces que presentan mayor acumulación de grasas son los que necesitan disponer de más energía para su metabolismo y desarrollo vital: los que hacen largas migraciones o tienen una potencia nadadora muy alta por el tipo de hábitat en el que se encuentran.
Con respecto a su valor nutritivo…
Los pescados poseen depósitos de ácidos grasos poliinsaturados, también llamados ácidos grasos esenciales, como son el omega 3 y el omega 6 y en el caso de los pescados azules, este depósito es mayor.
Estos ácidos grasos esenciales son muy importantes porque no los produce nuestro organismo, pero sí puede asimilarlos a través de la dieta.
Gracias a la ingesta de alimentos ricos en omega 3 se mantienen activas las reacciones metabólicas del organismo, incidiendo estos beneficios sobre el sistema circulatorio sanguíneo y favoreciendo la fluidez de la sangre por las venas y arterias.
Además, ayuda a las defensas, en tratamientos de enfermedades de la piel y se ha demostrado que tiene propiedades antiinflamatorias.
Fuentes: Alimente (EL Confidencial), Webconsultas (Revista de salud y bienestar)
