Lo primero que se debe tener en cuenta a la hora de organizar la nevera es que, después de realizar una compra, colocaremos los alimentos que ya están dentro, delante, y los recién adquiridos, justo detrás para facilitar el consumo por orden de fecha de caducidad.
En cuanto a su distribución…
1. Las carnes y los pescados, en la zona más fría. Es aconsejable conservarlos aproximadamente a 2ºC.
2. Lácteos y embutidos, en la parte central de la nevera. Al no necesitar tanto frío, podemos colocarlos en el centro del frigorífico. En esta zona también se pueden colocar los alimentos que ya estén cocinados y aquellos en cuya etiqueta figure el siguiente mensaje: «una vez abierto el envase, consérvese en el frigorífico».
3. Frutas y verduras, en los cajones. Un exceso de frío podría deteriorar sus propiedades, por lo que es aconsejable colocarlas en los cajones transparentes de la nevera.
4. Las bebidas, en estantes de la puerta. La zona de la puerta es la parte menos fría (a una temperatura de 10ºC a 15ºC), por lo que ahí podemos colocar los productos que no precisan de temperaturas bajas, como bebidas, mantequilla o la salsa de tomate.
5. Alimentos calientes y latas de conserva, en la despensa.
Y en el próximo episodio os contaremos…
“Cómo conservar las latas de conserva abiertas en la nevera”