A simple vista y, sin conocimientos previos, resulta sencillo confundir cada uno de los 4 tipos de almejas cultivadas en Galicia.
Lo cierto es que, si prestamos un poco de atención, comienzan a aparecer diferencias en cuanto aspecto, sabor y calidad.
ALMEJA FINA (Ruditapes Decussatus)
Fotografía: pescadosatunino.com
El color habitual de este tipo de almeja suele ser blanquecino o castaño y su concha posee unas líneas, o pequeños surcos, radiales y otras concéntricas que forman un espacio cuadriculado.
Además, es la que más tiempo permanece viva fuera del agua y, por tanto, es muy apreciada en el mercado gastronómico por su sabor, su calidad y su capacidad de conservación.
Comúnmente conocida como “Almeja de Carril”, localidad cercana a Vilagarcía de Arousa, en Pontevedra.
ALMEJA BABOSA (Venerupis Pullastra)
Fotografía: mariscos daporta
La almeja babosa se caracteriza por las líneas concéntricas que cruzan la superficie de su concha pero sin llegar a formar cuadrículas, a diferencia de la anterior.
Su color podríamos definirlo como crema o gris tenue, con manchas de una coloración más intensa.
En cuanto a calidad, esta almeja se aproxima a la de la fina, aunque no está tan valorada ya que no aguantan tanto tiempo fuera del agua.
ALMEJA RUBIA (Venerupis rhomboideus)
Fotografía: cesta verde
La almeja rubia es la más sencilla de reconocer ya que adopta un color amarillo claro, rojizo o incluso morado. Además, su concha es más fina y brillante que las de la fina y la babosa.
Resulta la variedad más económica de todas ellas, pero no por ello resulta de peor calidad.
ALMEJA JAPÓNICA (Ruditapes philippinarum)
Fotografía: o percebeiro
Aunque no es un tipo de almeja autóctona gallega, si es una almeja cultivada en sus arenales y, habitualmente, es confundida con la fina y con la babosa.
La diferencia clave entre ellas es que la almeja japónica tiene en su concha unas líneas muy marcadas, produciendo al tacto, una textura mucho más arrugada.
Fotografía de portada: pescados y mariscos del noroeste