El salazón es un método para conservar el pescado tan antiguo como el propio mundo. Mediante la deshidratación parcial del producto se refuerza el sabor y la inhibición de ciertas bacterias. Se realiza utilizando sal propiamente dicha o salmueras -soluciones concentradas de sal-.
Durante años el proceso ha sufrido variaciones aunque su esencia se mantiene. El bacalao es una de las conservas más típicas entre los salazones y un elemento vital en la historia de los grandes viajes. Este servía para satisfacer de alimentos a las tripulaciones durante eternas travesías en el mar. La sal por sus propiedades antibacterianas facilitaba su preservación y mantenimiento incluso en temperaturas más cálidas. Quizás esta fuera la razón de la popularización del bacalao en salazón en Portugal y España, cuyas culturas culinarias cuenta con un ingente número de recetas teniendo como base este producto.