Los escabeches son una fórmula tradicional para conservar los alimentos y que ha llegado hasta nosotros de manera intacta. Si hablamos de escabeche nos viene a la cabeza una buena lata de mejillones. El “rey del escabeche” es el mejillón en conserva. Por suerte, España es uno de los mayores productores de mejillón, junto con los Países Bajos y Japón, lo que hace que lo podamos encontrar a precios muy asequibles.
Como no puede ser de otra manera la mayor parte de producción española procede de las rías gallegas por sus fantásticas condiciones climáticas y nutricionales ideales para su desarrollo. Mediante cultico o salvaje, son un alimento rico en proteínas y hierro, que contiene además vitaminas A, B y C.
Los mejillones se pueden extraer de las rocas y también de las famosas bateas, de donde salen la mayoría de moluscos destinos al consumo. El cultivo del mejillón en Galicia procede de los años 50, cuando se importaron técnicas japonesas que se han ido perfeccionando con el paso del tiempo. La técnica del cultivo consiste en adherir las crías de mejillón a cuerdas que se sumergen en aguas no muy profundas. Se engarzan a la soga gracias a fibras biodegradables que desaparecen una vez el mejillón se una. Están listos pasados entre 16 y 20 meses en las bateas.
Desde el punto de vista gastronómico, el mejillón está presente en multitud de recetas, desde las más simples (al vapor, con picadillo, en ensaladas…) hasta los gratinados, las croquetas de mejillón, rellenos, en arroces de marisco, calderetas, pastas a la marinera y un sinfín de elaboraciones más.
Además siempre se puede acompañar de un buen albariño, todo un placer para los sentidos.
