El gran universo de los enlatados de mar ha ido sumando cierto refinamiento. Hoy en día es posible hablar de conservas que van mucho más allá de los mejillones o el bonito. Es el caso de las huevas de merluza.
Se obtiene del animal en época de desove y es un delicado y preciado bocado de suave textura. Se selecciona, limpia y cuece, se corta en rodajas o desprovista de su piel, y conserva en aceite de oliva.
Lista para abrir y servir, pese a que no necesita más condimentos es posible encontrar en el mercado conservas de huevas de merluza con un toque de limón, de guindilla o cayena.
Ideal como aperitivo o entrante sin necesidad de disfraz. Se puede servir acompañado de tostas de pan, aliñado o como ingrediente de ensaladas. Conservar en lugar fresco y seco. Una vez abierto, mantener refrigerado y consumir lo antes posible.
Podréis encontrar más información en la web de la Guía Repsol