Lo conocemos como boquerón aunque es un pariente muy cercano de las sardinas. A su vez, se le cambia el nombre según el método de elaboración. Si está marinado en vinagre, se le llama boquerón. Si por el contrario se ha madurado en sal, se le llama anchoa.
En el norte del país se le llama bocarte cuando se presenta frito, sin embargo nadie dice bocartes en vinagre, sino boquerones en vinagre y utilizamos la palabra anchoa para nombrar los filetes que sacamos de una lata (salvo que se hable de la anchoa en salazón de la Costa Brava).
El bocarte, a medida que nos desplazamos hacia el sur, se convierte en boquerón. Salvo en el País Vasco, allí no hay duda, todas son antxoas frescas, marinadas o en aceite de oliva y en lata.
Otros datos de interés
Se capturan durante el verano y la primavera, cuando el sol calienta el mar. Los peces suben a la superficie para alimentarse y reproducirse y en ese momento su cuerpo se impregna de grasa saludable, que lo llena de sabor. De color plateado, con destellos grises y azules, están repletos de niacin, Omega 3, vitamina D y B-12 y un largo etc. ¡Son super saludables!
Aunque frescos son una maravilla, la conservación en lata no los desmerece en ningún aspecto. Mantienen su frescura, su sabor inigualable y su larga lista de nutrientes.
Si en el envase pone boquerón, tendrá vinagre y más sal, si por el contrario compramos anchoa en aceite de oliva, la experiencia será como comer una sardina muy delicada. Están deliciosas en escabeche, agregándole vinagre de Jerez, con aceite de oliva, ajo y perejil.
Como tapa, sobre pan con tomate rallado están buenísimos. Y en una pizza, en una pasta con aceite, ajo y perejil o en una simple ensalada mixta. ¡Sabor y salud para tu vida!