El berberecho es un molusco pequeño, formado por dos conchas en forma de corazón que encierran en su interior la carne y un pequeño coral. Este molusco habita en el fondo del mar, enterrado en la arena, o en la desembocadura de los ríos y se captura cuando la marea está baja.
Su sabor a mar, su riqueza en hierro, su escaso aporte calórico y su sencilla elaboración, hacen de los berberechos un alimento muy completo para incluir en diversas preparaciones. Son perfectos para empanada, ensaladas, sopa de marisco, platos de arroz… las posibilidades de este molusco en la cocina son infinitas.
Aunque se puede consumir fresco de forma intermitente entre octubre y abril, la opción en conserva es una apuesta segura, ya que las condiciones de depurado y limpieza que permite el enlatado garantizan una calidad extrema. Se mima el producto desde el mismo momento de su captura, se limpian las arenas e impurezas con sumo cuidado y se extrae la carne para envasarla.
Aunque existen hasta doscientas especies de este molusco, el que más abunda es el gallego. Considerada una de las mejores variedades, su calidad y su tamaño hacen del berberecho gallego un manjar que podemos consumir todo el año en conserva, manteniendo intacto su sabor y sus nutrientes.