Galicia puede presumir de tener una cultura enológica envidiable, además de una industria conservera reconocida en todo el mundo. Con esta premisa, nos lanzamos a mezclar ambos orgullos para lograr el maridaje perfecto entre vino y conservas. Con la ayuda del sumiller Nacho Costoya (Premio Nacional Mejor Maître de 2012) escogemos cinco de las mejores y más recurrentes conservas para maridarlas con vinos de las cinco denominaciones de origen gallegas. Abre la lata, descorcha el vino y prepárate a disfrutar.
Si siempre tienes en casa una lata de bonito, prueba a acompañarla de un vino Mencía, de la Ribeira Sacra. Si lo tuyo son los berberechos, descorcha una botella de Ribeiro. Los toques salinos, yodados y ácidos aportan los matices para hacer una conjugación única. Las sardinas, por su parte, casan a la perfección con la D.O. Rías Baixas. La riqueza aromática del Albariño completa y equilibra la potencia de la sardina.
Para unos chipirones en su tinta, proponemos un Monterrei. La acidez del vino condimenta a la perfección el sabor del chipirón. Y si prefieres optar por los mejillones, debes acudir a la D.O. Valdeorras, un tinto con frutos rojos, fresco y con un toque ligeramente amargo, será perfecto.