Una dieta equilibrada debe incluir ciertos minerales esenciales en unas cantidades y proporciones adecuadas.
La inclusión en la misma de moluscos en conserva suministra unas cantidades de hierro, cobre, zinc y manganeso muy interesantes, ya que son esenciales en una gran cantidad de procesos metabólicos que van desde facilitar el transporte de oxígeno en la sangre disminuyendo la sensación de fatiga para el caso del hierro, el adecuado desarrollo del tejido conectivo por el manganeso y el cobre, o el mantenimiento de las uñas, piel, cabello y visión para el caso del zinc.
Igualmente, se contribuiría al mantenimiento de los huesos con la inclusión de conservas de sardina, agujas, caballa y anchoas; ya que aportan una cantidad muy importante de calcio. La presencia adicional de cantidades significativas de fósforo, tanto en este tipo de productos como en general para la práctica totalidad de los productos del mar enlatados, refuerza la salud ósea y el metabolismo energético.