Las conservas de pescado y mariscos no contienen conservantes ni ningún otro aditivo para mantenerlos en perfecto estado. Es suficiente el proceso de esterilización con vapor de agua, que consiste en someter a altas temperaturas los envases cerrados herméticamente, de manera que así se destruyen las bacterias responsables de la alteración de los pescados y mariscos, y se mantienen intactas durante años. Además, el proceso de envasado se realiza de manera muy rápida, por lo que evita que se pierdan los elementos nutritivos. Sólo los defectos en el envase, debidos por ejemplo a un almacenamiento incorrecto, podrían alterar el contenido del mismo.