Todos conocemos el delicioso sabor de los mejillones en conserva, un alimento que da la talla en cualquier receta y preparación… vamos, un todoterreno. Lo que no tanta gente conoce son las excepcionales cualidades nutricionales de este pequeño tesoro naranja.
El mejillón, aunque parezca poquita cosa, es uno de los alimentos que más hierro pueden aportar a nuestro organismo (una ración de mejillones contiene la misma cantidad que un buen filete de ternera). Es además toda una fuente de energía por su gran potencial vitamínico y proteico, que unido a su bajo contenido en grasas y colesterol lo convierten en un alimento excepcional para dietas adelgazantes o deportivas. Y por si no fuera suficiente, el mejillón nos ayuda a sonreír más (si, como lo estáis leyendo) gracias a su aporte de selenio, un micronutriente que potencia las reacciones químicas necesarias para activar mecanismos relacionadas con el buen humor.
Así que ya lo sabéis, el mejillón, ya sea al natural, en escabeche o en salsa gallega, es siempre una buena idea en nuestra mesa: delicioso, nutritivo y nos ayuda a ser un poquito más felices. ¡Todo un lujo!