Arranca en aguas gallegas la temporada del berberecho. Entre los meses de abril y septiembre, las Rías de Noia y Muros se llenan de este molusco exquisito que es un símbolo del marisco gallego.
Se recoge artesanalmente en zonas arenosas de las Rías Gallegas en donde permanecen enterrados. La recolecta de esta especie se hace cuando la marea está baja bien a pie o a flote, normalmente realizado por mujeres que se equipan con un rastrillo o “raño”; o bien por mar mediante un bote tradicional en el que los pescadores utilizan el “rastro”, una herramienta con un mango de grandes dimensiones que logra llegar desde la superficie a los arenales más profundos.
Aunque frescos son una auténtica delicia, por suerte, podemos disfrutarlo todo el año si escogemos la opción en conserva. Los procesos de depuración y enlatado hacen que mantenga intactas sus propiedades y su conservación al natural hace que el sabor a mar de este molusco permanezca intacto.
Y cuando leemos la información nutricional es todavía mejor. Los berberechos, tanto al natural como en conserva, contienen una gran cantidad de hierro, imprescindible para tratar la anemia ferropénica, que se produce por falta de este mineral. También aporta una gran cantidad de vitamina B12, esencial para que el sistema nervioso funcione correctamente. Además tienen muy poca grasa y una gran cantidad de proteínas de alto valor biológico.